El arte barroco se caracterizaba por sus figuras recargadas, con muchos dorados y grabados enrevesados. Un arte ostentoso en el que se parece haber inspirado la última creación de Kuhl Racing, un preparador de origen japonés. Esta preparación lleva el plano estético mucho más lejos que otras: cada panel de la carrocería ha sido grabado a mano por varios artesanos japoneses, que después han cromado y dorado cada una de las piezas. Pero es sólo el principio, esta preparación esconde muchos más secretos.
La atención al detalle y la cantidad de horas-hombre invertidas en este Nissan GT-R es sencillamente incomparable.
El trabajo de pulir, cromar y dorar cada pieza – a base de un spray con oro en polvo, sí – ya es digno de mención por sí mismo, pero los grabados con técnicas tradicionales son algo que jamás había visto en una preparación. Podríamos pensar que el plano estético termina ahí, pero es que el preparador ha diseñado un kit de carrocería en el que ningún cabo queda suelto. Alerón, difusores, paragolpes nuevos… todos han sido retocados por la mano experta de estos japoneses. Las llantas de aleación sí son convencionales.
Del interior no tenemos constancia de cambios de consideración, pero debo llamar la atención hacia lo que tenemos bajo el capó. Un motor 3.8 V6 de doble turbo que ha sido potenciado hasta los 820 CV. La preparación usa nuevos turbocompresores y una línea de escape de titanio, así como una nueva admisión y un intercooler reforzado. ¿Algo a destacar? Sí, que bajo el capó todo ha sido igualmente dorado y cromado. Como suena: el bloque motor fue extraído del coche y cromado a mano, para después ser bañado en un tono dorado brillante.
Ha sido una de las estrellas del último Salón del tuning de Tokyo, conocido por sus