Hace unos días viajaba hacia Jaca, en pleno pirineo aragonés – para probar sobre el terreno la nueva Ford Ranger 2016. Esta pick-up es el vehículo más enfocado al campo que Ford ofrece en nuestro país, y en su versión Wildtrak es también la más potente del mercado. El modelo acaba de estrenar un lavado de cara, ya que su estreno en nuestro mercado ya ocurrió en 2012. Es hora de comprobar si esta pick-up está a la altura de su imagen, exprimiéndola a fondo fuera del asfalto, en terrenos realmente complicados para los que se ha creado.
¿Qué cambia en las Ford Ranger 2016?
Todas las Ford Ranger se venden de serie con tracción total conectable con reductora. Verdaderos todoterrenos.
Tras cuatro años en el mercado, las Ford Ranger necesitaban un lavado de cara. En su diseño ha cambiado el frontal, principalmente. Las calandras tienen formas más duras y son más grandes, en palabras de la marca, intentan acercarse a la imagen de las F-Series estadounidenses. Las ópticas son más pequeñas y estilizadas, y los paragolpes también están más cuajados de tomas de aire. En su perfil lateral y en su zaga hay pocos cambios. Las Ranger han endurecido su imagen, aunque bajo su piel haya menos cambios.
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En el interior de las Ford Ranger también hay cambios considerables. El más claro es su salpicadero, completamente rediseñado. Tiene un aspecto mucho más actual, y sobretodo, es más vistoso. Abandona su instrumentación analógica por una curiosa fusión, con un velocímetro central flanqueado por dos pantallas TFT. La consola central también ha sido rediseñada al completo, y ahora muestra orgullosa una nueva pantalla táctil de 8 pulgadas, a través de la que manejamos el sistema de infotainment SYNC 2.
A pesar de su acabado mejorable, nada cruje en su