En 2013 Nissan aprovechaba el Salón de Tokio para presentar dos conceptos muy atractivos, el IDX Freeflow y el IDx Nismo. Con una imagen de años pasados y una naturaleza de propulsión parecían anunciar que la marca japonesa iba a adentrarse de lleno en el segmento de los deportivos ligeros de tracción trasera. Rápido, como no podía ser de otra manera, se nos vino a la mente el Toyota GT86, y una pelea en este mercado de lo más interesante. Aunque esto no ocurrirá, y es que la marca japonesa ha afirmado tajantemente que no lanzarán un modelo de estas características.
De esta manera decimos adiós al rival del GT86 y a una nueva razón para creer que nunca murieron aquellos deportivos de antes. Y es que las razones que pone sobre la mesa la compañía asiática, aunque no queramos verlas, son más que razonables. Fabricar un coche con estas premisas necesita de una nueva plataforma y, por ende, una inversión nada despreciable. Su puesta en el mercado no reportaría beneficios importantes a la marca, por lo que no habría una justificación como para ponerlo en marcha.
Así, rotundamente, decimos adiós al nuevo deportivo ligero, compacto y asequible que pudo llegar en tiempos modernos pero que finalmente no llegó desde Nissan. Realmente la imagen de marca está bien representada por los 370Z y los GT-R, así que pensándolo fríamente no necesitan un nuevo deportivo. Dos modelos que, por cierto, no tienen fecha de caducidad según el mismo Shiro Nakamura, quien ha dicho que estos dos productos estarán en la gama “para siempre”.
Si a alguno se le ocurre que Nissan podría aprovechar la plataforma que dará vida al nuevo Alpine el señor Nakamura tiene otra respuesta indiscutible, y es que ante esa cuestión ha respondido que “Nissan no es un fabricante de vehículos de motor central”.
Fuente – Autoexpress
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