Mitsubishi es el segundo fabricante que se ve salpicado por un escándalo al falsear datos de homologación de sus coches. Su socio Nissan detectó que en Japón algunos kei car de Mitsubishi habían sido homologados en materia de consumos siguiendo un proceso distinto al marcado por la ley, por lo que las cifras anunciadas eran fraudulentos.
Desde que estallase el escándalo de Mitsubishi, el valor en bolsa de la compañía se ha desplomado nada menos que a la mitad. Mitsubishi tiene a tres auditores independientes llevando a cabo una investigación, en la que por el momento se sabe que las irregularidades se remontan a 1991. De conocerse más modelos afectados, las acciones de Mitsubishi podrían desplomarse y según algunos expertos, la compañía podría incluso desaparecer.
A causa del engaño de Mitsubishi, hay 468.000 modelos Nissan afectados, la mayor parte
Los avances en las investigaciones y los posibles descubrimientos serán determinantes para Mitsubishi. A diferencia de Volkswagen, la marca japonesa es mucho más pequeña y no tiene las mismas capacidades para afrontar un problema de esta magnitud en el plano económico y de imagen que tienen los alemanes. No obstante, la caída de un fabricante como Mitsubishi podría tener consecuencias notables en la industria y en el sector del automóvil.
Tetsuro Aikawa, presidente de Mitsubishi, ha dicho que aún no está claro cómo la marca compensará a los clientes afectados. También se está barajando reembolsar a Nissan el dinero invertido en el suministro de más de 468.000 coches, la mayor parte de los afectados, hasta el momento. Nissan, al igual que Mitsubishi, ha cesado la comercialización de los modelos afectados. Mitsubishi también podría verse obligada a pagar sanciones y los impuestos que los coches afectados deberían haber pagado si las irregularidades han hecho que estos pagasen menos impuestos.
Este escándalo, que por el momento solo afecta