Hace un par de días el responsable técnico de elusión de accidentes de Volvo, Trent Victor, aseguraba a la publicación The Verge que el piloto automático de Tesla es más bien un «quiero y no puedo, sin supervisión por parte del conductor». ¿Qué significa esto? Que el Tesla Model S pretende aparentar ser un vehículo autónomo cuando realmente es semiautónomo, capaz sólo de asistir en la conducción y que, por tanto, requiere de la supervisión del conductor en todo momento.
Si bien la marca californiana afirma que su tecnología Autopilot tiene un nivel 2 de autonomía (asistencia, más que control), algunos actores del sector como Mark Fields, CEO de Ford, creen que realmente se trata de un nivel 3, es decir, que toma el control de funciones críticas para la seguridad. «Te da la impresión de que está haciendo más de lo que realmente hace», afirma Victor.
De cualquier manera, este nivel 3 de autonomía (en una escala creada por la NHTSA americana), necesita del conductor en situaciones límite. Vamos, que por mucho que el coche conduzca por sí solo cuando las cosas van bien, si surge un imprevisto el conductor debe estar listo para tomar el control del coche en ese preciso momento, lo cual no es la solución más adecuada, según Victor.
Y es que, si teóricamente se ha liberado al conductor de su tarea de llevar el control del vehículo -en ese caso podría ir leyendo, consultando el correo o durmiendo-, no tiene lógica esperar que esté listo para afrontar una situación de riesgo en cualquier momento dado. Aún así, en un momento crítico el Autopilot se puede desconectar y el conductor deberá tomar cartas en el asunto.
Esto es precisamente lo que Volvo no acaba de entender, ya que ellos trabajan en un prototipo de