Así es, un reciente estudio realizado por AEA (Automovilistas Europeos Asociados) afirma que el ritmo de denuncias en Madrid capital durante el año 2015 fue de cuatro multas por minuto. No está mal, pero parece que a los madrileños nos falta entrenamiento y desfallecemos, ya que esta tremenda cifra en realidad ha descendido un 40% en los últimos cinco años.
2.099.475 denuncias que suman un valor económico de 206.714.400 euros, o lo que es lo mismo, casi 6.000 multas diarias durante doce meses y siete días a la semana. De éstas el 65,4% son denuncias que afectan a la movilidad y no a la seguridad vial, aunque esto no me parece del todo cierto y sí creo que influye en la seguridad.
Cuando alguien aparca en doble fila genera situaciones de peligro como frenazos inesperados y cambios de carril que pueden acabar en accidente, generalmente pequeños golpes de chapa, pero pueden ser más graves, piensa en las motos…
El 72,5% de las denuncias son leves y además, el 56,5% están formuladas por los controladores del SER. Es decir, somos egoístas y vamos a nuestra bola, aparcamos en doble fila sin importar el peligro y colapso que podemos generar, también estacionamos en lugares prohibidos y lo del ticket de los estacionamientos regulados parece que no lo respetamos mucho.
Doscientos millones de euros me parecen una barbaridad, aunque al parecer sólo llegan a cobrarse un 35% de las denuncias. Es un exceso de infracciones y más teniendo en cuenta que hay muchas otras más peligrosas que, por desgracia, no se denuncian tanto como éstas porque son más difíciles de perseguir, como alcohol, drogas o el uso del móvil, que cada vez genera más accidentes y situaciones de peligro.
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