Arjeplog, en el norte de Suecia, es una de esas zonas que has visto en foto y en vídeo miles de veces. Se trata de un punto de encuentro habitual para las marcas de coches, donde se prueban vehículos en condiciones extremas y, a la vez, utilizando un gran escenario natural que destila belleza en cada plano y en cada toma.
Amparándose en la libre circulación por la Naturaleza, lo que se conoce en Suecia como allemansrätten y que se contempla también en países como Noruega, Finlandia, Estonia o Islandia, cada invierno los coches invaden los parajes de la Laponia sueca, a la busca y captura de los mejores momentos. Pero, ah, resulta que esos terrenos que se utilizan habitualmente tienen unos propietarios. Y estos propietarios están empezando a cansarse de la situación.
‘Allemansrätten’, cuando cualquiera puede hacer noche libremente en un terreno privado
El derecho amparado por el allemansrätten consiste en poder transitar e incluso pernoctar de manera temporal en terrenos abiertos de propiedad privada. Como compensación a ese derecho se contempla el deber de respeto y cuidado, tanto hacia la Naturaleza como a la vida animal, así como hacia los propietarios de los terrenos y a otras personas presentes en el lugar.
El allemansrätten no está tipificado en una ley específica, sino que se recoge en varias leyes que limitan lo que está permitido. Por ejemplo, Suecia recogió esta idea en 1994 de la siguiente manera: «Todos tienen derecho a la Naturaleza, según el allemansrätten». Ahora, 22 años después, ese derecho puede estar en riesgo. No es la primera vez que el allemansrätten causa controversia en Suecia. En 2013, un grupo de activistas lanzaron la campaña Håll Sverige Rent (Mantén limpia Suecia) para reivindicar el cuidado de las zonas naturales disfrutadas por los visitantes.
Ahora, las denuncias de una empresa forestal que