La presente temporada es la segunda para Carlos Sainz en la Fórmula 1. El piloto madrileño que hacía su debut en Toro Rosso junto a Max Verstappen en 2015, está a punto de culminar su segundo año junto al equipo de Faenza. Tradicionalmente, Red Bull habitúa a cambiar a los pilotos de su equipo «B» cada dos años, por lo que quizá sería momento de trazar un plan de futuro.
El abanico de posibilidades es muy amplio. Quedarse en Toro Rosso, promocionar a Red Bull, dejar el programa de Helmut Marko y buscarse la vida en otros equipos como Renault, Ferrari… El trabajo realizado y los resultados obtenidos hasta el momento le avalan, pero en la Fórmula 1 nunca se sabe.
Aunque a día de hoy todo parece indicar que la presencia de Carlos Sainz en la temporada 2017 está garantizada por los de las bebidas energéticas, tratándose del equipo austriaco nunca se puede estar seguro hasta que estén los papeles firmados sobre la mesa e incluso después, ya que Red Bull pueden rescindir el contrato de sus pilotos cuando les plazca. Además, quizá sea el propio Carlos el que no quiera seguir trabajando con ellos.
El Red Bull Junior Team se caracteriza tanto por su imprescindible ayuda a los que quieren llegar a la Fórmula 1, como por la situación de desamparo en la que se quedan éstos pilotos una vez que los austriacos deciden prescindir de sus servicios. El objetivo final de todos estos pilotos es conseguir uno de los dos asientos en Red Bull, pero éstos no siempre están disponibles.
¿Qué pasaría si Carlos siguiese con los de Faenza y Max Verstappen y Daniel Ricciardo decidiesen quedarse en Red Bull unos cinco años más? Simplemente que no tendrían sitio para él. Quizá, pues, sea momento de que