En ActualidadMotor hemos hablado en más de una ocasión de las pruebas de choque del IIHS norteamericano, especialmente de la prueba small overlap crash, que consiste en un impacto frontal con el 25% de la superficie del frente del coche a 64 km/h, una de las pruebas más duras que cuando se implantó, pocos coches superaban. Con el paso del tiempo, prácticamente todos los coches alcanzan la máxima puntuación global Top Safety Pick +, para la cual es necesario pasar la prueba del impacto frontal parcial. Desde su introducción en 2012, 13 fabricantes han hecho cambios en 97 coches.
Hace más de un año que el IIHS estaba segura de que algunos fabricantes hacían trampas, reforzando solo el lateral del conductor, que es con el que se realizan las pruebas. Por eso, este organismo independiente ha probado siete SUV demostrando que, efectivamente, los fabricantes de coche juegan en general con poca ética al no reforzar el lado del copiloto por igual. Solo el Hyundai Tucson ha aprobado la máxima calificación en este test.
En el caso del Toyota RAV4, las diferencias son muy evidentes
Este descubrimiento está haciendo que el IIHS se plantee introducir una prueba adicional para probar las consecuencias de un impacto parcialmente frontal en el lado del copiloto, lo que sin duda sería un acierto de cara a mejorar la seguridad. Las intrusiones en el habitáculo pueden causar importantes lesiones en caso de accidente. En Estados Unidos, en 2014, murieron 1.600 personas en los asientos del copiloto.
Desde el IIHS, dicen que es lógico que en un principio solamente se reforzase el lado del conductor, ya que en todos los coches lo hay, mientras que puede que no viaje nadie en el asiento del copiloto. El IIHS mismo aconsejó a los fabricantes reforzar primero el lado del conductor, para poder aplicar