Ayer os hablábamos largo y tendido del fantástico proyecto iniciado por Aston Martin y Red Bull Racing. El fruto de la unión entre Adrian Newey y el fabricante británico es el impresionante AM-RB 001, que ya hemos definido como un Fórmula 1 de calle. Porque realmente lo es, con sus ejes flotantes, multitud de superficies negativas, y una aerodinámica nunca antes vista en un coche de calle. Pero sin duda, lo que más nos ha llamado la atención es una promesa: “será más rápido en circuito que un Fórmula 1 actual”.
Cuando Adrian Newey tiene tiempo libre, se pone a diseñar coches de calle que desdibujan la frontera con los de competición.
Es una afirmación realmente atrevida, y desde Diariomotor nos preguntamos cómo pretenden lograrlo. Para ponernos en contexto, un Fórmula 1 actual desarrolla unos 750-800 CV de potencia, usando un motor 1.6 V6 turboalimentado con un sistema de regeneración de energía. Estos híbridos de altas prestaciones tienen un peso en vacío de 702 kilos – como mínimo – y contando con piloto y combustible, se aproximan a una relación peso-potencia de un kilo por caballo. Pero un Fórmula 1 es mucho más que una relación peso-potencia estelar.
Es un tren de rodaje optimizado al milímetro, con una puesta a punto específica para cada carrera, en la que se invierten cientos de horas de simulaciones y el trabajo de decenas de los mejores ingenieros del mundo. Un Fórmula 1 de 2015 – de especificaciones casi idénticas a las actuales – da una vuelta a Spa en 1:52.42. El récord de un coche de producción en el mismo trazado pertenece al Koenigsegg One:1, que ha firmado un tiempo de 2:32.14. Tienen la misma relación peso-potencia, pero el sueco es 40 segundos más lento.
El reto de Aston Martin y Red Bull Racing es