Porsche tiene tres fábricas, todas en Alemania. Todo el mundo conoce la de Stuttgart, de donde salen los deportivos (911, 718 Cayman y 718 Boxster). La de Weissach es también muy famosa por ser la factoría de los sueños, como el 918 Spyder, y de los modelos de competición. Y por último está la de Leipzig, de donde salen los Panamera, Macan y donde se efectúa el montaje final de los Cayenne.
Poca la gente lo sabe, pero la factoría de Porsche en Leipzig está rodeada por 300 hectáreas de un terreno casi virgen, habitado por varias decenas toros aurochs y de mustangs, sí caballos salvajes. Éstos forman parte del biotopo de la factoría, como lo recordaba el informe sobre sostenibilidad de Porsche publicado a principios de año.
Así en el informe, Porsche explica que la factoría de Leipzig es una de las más eficientes del mundo. Por ejemplo, los paneles solares del techo pueden generar hasta 800.000 kWh de electricidad al año. Además, todas las bombillas y neones del complejo de Leipzig han sido sustituidos por LEDs, al mismo tiempo que Porsche ahorra 80 MWh al año simplemente apagando las luces automáticamente cuando en un área hacen una pausa.
Aunque a gran escala, no dejan de ser medidas de sentido común, pero Porsche es una empresa de ingeniería; lo lleva en su ADN. Por ejemplo, la fabricación del Porsche Panamera, que usa diferente materiales para su carrocería, necesita menos soldaduras que un modelo convencional por lo que se ha reducido el consumo en energía de la fábrica.
En la zona de pintura, el ahorro continua ya que la calefacción -necesaria para el secado homogéneo de la pintura- se obtiene de la quema de biomasa renovable en un central térmica situada en el perímetro de la fábrica. En total, las emisiones de