Ryan Tuerck es uno de los pilotos de drifting más famosos del planeta. Ya le hemos visto en todo tipo de situaciones, que suelen implicar su Toyota GT 86 hipervitaminado – que condujo por el centro de Manhattan, sin ir más lejos – o incluso furgonetas Nissan. Uno de los proyectos personales de Ryan Tuerck acaba de ser desvelado al mundo. El swap de motor definitivo. Un transplante de corazón: el V8 de 4,5 litros y 570 CV de un Ferrari 458 Italia, bajo el capó de un Toyota GT 86. ¿El cóctel perfecto?
Adaptar a posición delantera un motor diseñado para un uso en posición central-trasera es un gran reto técnico.
Esta idea explosiva ha sido revelada en un vídeo grabado por Donut Media, que también ha grabado sus aventuras con una furgoneta Nissan y vídeos de lo más interesante sobre automóviles míticos. Habitualmente los swaps de motor para drifting suelen implicar motores americanos de alta cilindrada: para el drifting se necesita mucho par motor y en multitud de ocasiones la vía más rápida y barata es un V8 de origen General Motors. Estos motores se ofrecen nuevos por catálogo, a precios que no suelen superar los 4.000 dólares.
Los más puristas recurren a la potenciación extrema de motores de serie, o hacen swaps a bloques RB26DETT o SR20DET. Curiosamente, los bloques Nissan son muy populares para drifting. Transplantar un motor Ferrari a un Toyota GT 86 es un reto más que considerable. En primer lugar, porque es un motor diseñado para ir montado en posición central-trasera, y no en posición delantera. En segundo lugar, porque el motor habla italiano y debe comunicarse con el resto del coche, cuya electrónica habla japonés.
Hará falta una instalación ad-hoc, con toda seguridad. Otro problema a solucionar es la transmisión. ¿Conservarán la unidad de doble embrague