¿Por qué histórico? Porque como quizá sepáis, el fundador de Tesla Motors estableció como benchmark dinámico del Tesla Model S al fantástico McLaren F1. Su aceleración limpia, sin interrupciones, y con un par motor que parecía no tener fin le motivó a trabajar para obtener una sensación parecida en su berlina eléctrica. El año 1999 ha quedado 17 años atrás, pero el momento histórico en el que un joven Elon Musk recibe en su casa el superdeportivo inglés bien merece ser retratado en vídeo y rescatado para la posteridad.
Elon Musk se hizo con una de las últimas unidades fabricadas del McLaren F1, por un precio cercano al millón de dólares.
En 1999 la burbuja de las dot-com estaba en plena expansión. El estallido aún se veía lejano, y la especulación estaba en su punto álgido. Elon Musk había hecho fortuna con la venta de Zip2, un software de publicación online para diarios digitales. Un WordPress de toda la vida, por el que se embolsó la friolera de 400 millones de dólares. Mientras tanto, fundaba X.com, que terminaría siendo el germen de PayPal. Elon Musk nadaba en dinero, y decidió darse el capricho de su vida: un reluciente McLaren F1, fabricado en Reino Unido.
Su mujer decía que es “decadente” que Musk compre un coche de un millón de dólares, pero tampoco se la ve triste al encaramarse al asiento trasero izquierdo del coche. Elon Musk tenía sólo 28 años en 1999 – me hace plantearme qué he hecho con mi vida, francamente – y sorprende también ver lo delgado que estaba por aquél entonces. Su pelo comenzaba a escasear, dando una imagen muy diferente a la actual. Elon Musk conservó el McLaren F1 hasta hace unos pocos años, cuando lo vendió tras tener un accidente leve con él.
Pero el