Cuando un fabricante de coches desarrolla un nuevo vehículo, una práctica muy común es someterlo a pruebas comparativas con sus principales rivales. El objetivo es la correcta puesta a punto del coche en desarrollo, en base a las mejores características de sus rivales. Este proceso se conoce como benchmarking en la industria, y es rutinario. Los fabricantes adquieren anónimamente vehículos de la competencia. En Honda creían que habían adquirido anónimamente un Porsche 911 GT3, hasta que encontraron un mensaje secreto.
En Honda no esperaban encontrar un nota de Porsche bajo el capó de su GT3 recién reparado.
El Porsche 911 GT3 que los japoneses compraron tenía como objetivo realizar un benchmarking de su dirección, para poner a punto correctamente la del Honda NSX. Como habréis leído en nuestra prueba del Porsche 911 GT3, el tacto y la retroalimentación de su dirección contribuyen en gran medida a una experiencia de conducción apasionante. Porsche llamó a revisión a los GT3 hace algo más de un año, debido a un problema con las bielas de su propulsor. De alguna manera, en Porsche ataron cabos y descubrieron quién era el propietario del coche.
Según Automotive News reporta, Porsche llegó a la conclusión de que el GT3 era propiedad de Honda tras analizar la “caja negra” del coche y los datos registrados en la base de datos de la marca. Cuando se enteraron de quién era el propietario, los ingenieros de la marca decidieron dejar un mensaje secreto para Honda. Dejaron una nota sobre la tapa del motor, en la que podía leerse un mensaje un tanto enigmático: “Buena suerte Honda, de parte de Porsche. Nos vemos al otro lado”.
El benchmarking es una práctica muy común en la industria, llevada a cabo por todos los fabricantes.
No es una canción de Adele, más bien es un mensaje