Finales de julio, un calor insoportable y tú con ganas de ‘refrescarte’ dando una vuelta con un coche especial por tu tramo de montaña favorito. Las condiciones son ideales para un descapotable y además tiene que ser deportivo para aumentar tu disfrute. Seguro que se han pasado por tu cabeza un puñado de modelos que cumplirían esta función. Si uno de ellos ha sido el Audi TTS Roadster, estás de enhorabuena, porque lo hemos probado a fondo y te contamos sus detalles.
Lo cierto es que el Audi TT siempre ha ocupado un pequeño lugar en nuestros corazones. Este deportivo aparecía en el año 1998 y se ha vendido ininterrumpidamente hasta el día de hoy a través de tres generaciones. Desde el principio se convirtió en un icono, combinando deportividad y sensaciones a un precio asequible. El modelo cumple la mayoría de edad este año y deja clara una cosa: la filosofía se ha mantenido a lo largo de su historia, aunque hay que reconocer que ahora es mejor que nunca.
Además podréis apreciar que el TTS Roadster, no es un TT cualquiera. La ‘S’ al final de su nombre nos indica que es una versión deportiva. De hecho, ocupaba el tope de gama hasta la llegada del radical Audi TT RS. Aún así el espíritu deportivo de nuestro TTS quedará patente como veremos en la prueba. Desde el principio este modelo se ha estado fabricando en dos tipos de carrocería: Coupé y Roadster. Nuestra unidad cuenta con el techo de lona retráctil que nos permitirá rodar a cielo descubierto.
Arrebatador
Si hay que definir con una palabra el aspecto del Audi TTS yo diría que es arrebatador. Con solo mirarlo hace que evoquen sentimientos y la mayoría de ellos muy positivos. Podríamos decir que sigue la línea de la primera generación, aunque poco a poco se ha ido dejando