El BMW i3, el primer modelo 100% eléctrico de la marca, es el único coche del mundo que cuenta con un sello de CO2 certificado, que cubre toda la cadena completa, desde la cadena de suministros, pasando por los procesos de fabricación y la utilización del coche, llegando hasta la fase de su reciclaje.
Este balance es un tercio más favorable que aquél del modelo BMW 118d, que es especialmente eficiente y respetuoso del medio ambiente y que en el año 2008 obtuvo el premio «World Green Car of The Year». Un factor que incide favorablemente en ese balance consiste en que los procesos de producción en las plantas de BMW en Leipzig (Alemania) y en Moses Lake (EE.UU.) utilizan corriente eléctrica generada en plantas eólicas y centrales hidráulicas, lo que significa que se trata de energía obtenida sin producir CO2.
Por otro lado, desde el pasado mes de mayo, los elementos de iones de litio del acumulador del i3 ofrecen una mayor densidad. Gracias a ello, el pequeño eléctrico de BMW alcanza una capacidad de 33 kilovatios-hora (kWh), todo ello con una batería con las mismas dimensiones. Esto constituye un aumento superior al 50% en cuestión de autonomía en el ciclo estándar (NEDC). En lugar de 190, ahora se alcanzan 300 kilómetros, incluso en el uso cotidiano, con condiciones meteorológicas adversas y empleando el aire acondicionado o la calefacción, se puede conseguir una autonomía de hasta 200 kilómetros con una carga de la batería.
Las prestaciones del motor eléctrico síncrono híbrido de 170 CV de potencia permanecen prácticamente inalteradas. Ahora, el BMW i3 acelera de cero a 100 km/h en 7,3 segundos. Esto convierte al BMW i3 en el automóvil con motor eléctrico más deportivo y, al mismo tiempo, más eficaz de su segmento con un consumo de 12,6 kWh/100 km (NEDC).