Como lo lees. Durante la pasada semana, un concesionario de Chevorlet en el Tyler, en el estado de Texas, fue preso de los cacos. No robaron coches ni herramientas, ni siquiera dinero en efectivo. Los amigos de lo ajeno desmontaron y sustrajeron las ruedas de 48 vehículos que se encontraban en una campa.
Según declaran las autoridades, el robo comenzó a la 1 de la madrugada y entraron al recinto tras romper las cerraduras de las puertas ubicadas en la parte trasera del concesionario, donde el distribuidor de Chevrolet tenía un gran número de coches de alta gama. Un gran camión difícilmente identificable, donde presuntamente los ladrones guardaron todo el material, aparece en escena a la 1:22.
Justo antes, y para no ser identificados por las cámaras de vigilancia, cortaron la iluminación del recinto; así sería muy difícil identificarles. Los cacos sabían a lo que iban y se centraron en las ruedas de mayor valor, las de los coches de alta gama. Todas ellas tenían diámetros de 20 y 22 pulgadas.
Podemos pensar que robar las cuatro ruedas a un coche, por muy grandes que sean, no solucionarán la vida a nadie, pero fueron 48 los vehículos que se quedaron sujetos por ladrillos; muchos de ellos eran Chevrolet Camaro. Aparte, hay que sumar el valor de los neumáticos que, obviamente, al ser coches nuevos estaban sin usar.
En total tardaron 4 horas en sustraer todo el material, 192 ruedas, que se dice pronto. No se sabe el número de personas que estuvieron involucradas en el robo, pero para elevar tantos coches, desmontar las ruedas, cargarlas al camión y demás, debía ser un número elevado. Las pérdidas estimadas para el concesionario se calculan cercanas a los 250.000 dólares, unos 225.000 euros al cambio actual.
Hace algo más de un mes, un robo similar tuvo lugar en