A lo largo del día se me ocurren muchas cosas que no tienen demasiado sentido, pero hay pocas que tengan menos razón de ser que meter una turbina de aviación en un coche de calle. Aunque no te lo creas, hay una empresa al otro lado del charco que se dedica precisamente a eso, a meter turbinas en todo lo que pillan. Sí, están al otro lado del charco, y se llaman Marine Turbine Technologies (MTT).
Con esta obsesión metida en la cabeza tomaron una Chevrolet S-10, una pick-up con cierto aire retro a la que acoplaron una turbina Rolls Royce-Allison 250-20B. Este monstruo con aires retro por fuer y un dragón escupefuego bajo el capó produce 420 CV de potencia, y si piensas que sólo es un vehículo de exposición estás muy equivocado porque ha ido por su propio pie hasta unos cuantos eventos ya.
Y aquí la tienes, calentando motores antes de hacer un generoso burnout a las puertas de los talleres donde ha sido ensamblada. Me parece muy curioso y fascinante al mismo tiempo la suavidad con la que la Chevy se mueve pese a la fuerza bruta que desprende la turbina. Lo que también desprende es un chorro de aire caliente descomunal a través de sus enormes chimeneas.
Supongo que los techos de la nave son tan altos para no salir ardiendo cada vez que arrancan una de sus creaciones…
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