Hay muchos mitos acerca del rodaje de un vehículo nuevo. Algunos dicen que los coches modernos ya vienen rodados de fábrica. Otros dicen que hasta no superar los 5.000 km no se les puede “achuchar”, y otros dicen que lo mejor para que un motor tenga una vida larga y plena es hacer los primeros kilómetros a fuego. Y estamos seguros de que has escuchado que es necesario cambiar el aceite del motor a los 1.000 o 2.000 km para eliminar posibles partículas metálicas. No busques más allá: si acabas de estrenar coche, garantiza a tu mecánica un buen futuro evitando estas 5 conductas, y no hagas caso a mecánicos de bar y “cuñados”.
¿Por qué hay que hacer el rodaje a un motor?
La mayor parte de fabricantes estiman en unos 1.500 km la distancia de rodaje para un motor nuevo.
¿Cuál es el fundamento tras el rodaje? El motor acaba de ser construido, y sus componentes internos aún no han sido sometidos a las enormes fuerzas y al desgaste continuado que conlleva su funcionamiento. Los pistones del motor deben asentarse correctamente en sus camisas, y los segmentos del pistón deben sellar adecuadamente la cámara de combustión. ¿Te suena esto a chino? Te lo explicamos: es muy importante el correcto sellado de los segmentos, unos anillos metálicos situados en la parte superior del pistón.
Estos anillos están justo debajo de donde ocurre la explosión del combustible y el aire. Los gases resultantes de la combustión se cuelan por detrás de los segmentos y los empujan contra la pared del cilindro. Con una tolerancia de apenas milésimas de centímetro, evitan pérdidas de compresión del motor, un alto consumo de aceite y facilitan la correcta combustión de la mezcla de combustible y aire. Este sellado debe efectuarse de forma progresiva, y sin una presión