Después de casi cuatro años en el mercado, Renault realiza una serie de cambios y mejoras en la cuarta generación del Clio. Los cambios introducidos afectan muy levemente a su estética (apenas se aprecian), a su gama de motores y a su equipamiento. Nosotros probamos la versión Diesel de 90 CV, que sigue siendo muy interesante por consumo y funcionamiento. Esta variante se puede adquirir desde 13.700 euros (ver todos los precios).
Si comenzamos por los cambios estéticos de su carrocería, en la parte delantera lo que más destaca, además de unos paragolpes levemente modificados y un logo remodelado, son los nuevos grupos ópticos provistos de tecnología LED para la funciones de luces de cruce y carretera. Según apunta la marca, gracias a esta mejora, ahora el Clio es capaz de ofrecer un 20 % extra de potencia en el haz halógeno y un menor deslumbramiento. En la práctica la mejora se nota, y mucho. Ahora son tan buenos, que probablemente el Clio sea el coche con mejor alumbrado de su segmento.
En la parte trasera, el diseño del faldón del bajo de carrocería se ha modificado para ganar en compacidad y los pilotos también cuentan con un nuevo diseño. Además, la carrocería también cuenta con nuevos colores que vienen a refrescar la gama con la introducción de las tonalidades Rojo Intenso, Gris Titanium y Azul Rayo-. Por último, también hay nuevas llantas y embellecedores.
Un habitáculo mejorado
En lo referente al interior, el renovado Clio incorpora nuevos materiales que mejoran la calidad del conjunto. Nosotros no hemos grandes cambios al respecto, sin embargo, sí hemos tenido una clara sensación de que el ajuste y la solidez materiales es superior a la del modelo precedente. Por otro lado, los cromados de las inserciones plásticas decorativas son más finos y menos brillantes, y los colores