Al igual que el resto de marcas japonesas, Toyota está presentando en estos días sus cuentas durante el primer semestre de este ejercicio fiscal. Además, como le está sucediendo a Nissan, está logrando resultados económicos muy similares ya que juegan en el mismo terreno y con la misma divisa. Cierto es que las ventas para ambas firmas no han ido todo lo bien que habían previsto, pero el principal problema lo están encontrado con el cambio de su moneda local, el Yen.
Toyota Motor Corporation ha presentado una caída del 43 por ciento en sus ganancias operativas a nivel global en el segundo trimestre de su ejercicio fiscal. La razón básica está centrada en la pérdida de valor que ha sufrido el Yen frente a otras divisas extranjeras como el dólar o el euro. Además, en Estados Unidos ha tenido que compensar las ganancias con el aumento de los descuentos ofrecidos a los clientes para cerrar ventas.
Si nos centramos en los primeros seis meses del ejercicio fiscal de 2016 la caída de su beneficio ha sido menor y se ha situado en un 36 por ciento. Esta situación se deviene de la guerra que tiene Toyota con el Grupo Volkswagen por terminar el año como el mayor fabricante de coches del mundo. Sin embargo, esta vez al fabricante nipón, tras tres años presentando resultados muy positivos, está presentando unas cuentas más acordes con la situación global que vive el sector.
Para evitar esta situación Toyota está inmersa en una reestructuración en su país natal. Para ello han ajustado al máximo sus previsiones de ventas y con ello la fabricación de sus coches. Junto a ella también llegará una nueva ofensiva de productos para los Estados Unidos, un mercado muy importante para la firma japonesa y en el que por ahora están perdiendo un