Mercedes es unas de las firmas automovilísticas más elegantes del planeta. Desde siempre han creado sus vehículos buscando esa elegancia diferenciadora, y aunque se tratara de versiones radicalmente deportivas, no podían evitar mantener la característica principal de la marca. Hoy en día esto se sigue cumpliendo, desde las variantes más económicas de la Clase A hasta la lujosa Clase S, no olvidándonos de todas aquellas versiones que incorporan las inscripciones AMG.
Cierto es que las gamas inferiores de Mercedes pierden atractivo en relación a las gamas superiores en cuanto a calidad de materiales y “remates” del habitáculo se refiere; algo que podemos entender ya que un Mercedes CLA no tiene el mismo precio que un Clase E, por poner un ejemplo. Pero en general, las líneas de diseño, y aunque en los últimos años han sido enfocadas a buscar un toque más deportivo, siempre son elegantes en la marca de la estrella. El Clase S, la gama más alta de Mercedes, siempre ha sido la más elegante y lujosa de todas.
No podemos decir lo mismo después de haber pasado por el taller de preparaciones de Prior Design. El preparador ha tomado un Mercedes Clase S Coupe y ha llevado en él unos cambios que casan poco con la filosofía habitual de Mercedes. Nervios mucho más marcados, suspensiones rebajadas, aletas considerablemente abultadas y taloneras de grandes dimensiones con tomas de aire en el frontal y en la vista lateral.
Remata este conjunto “tuning” la parte trasera, donde aparece un gran alerón sobre la tapa del maletero y un marcado difusor con cuatro salidas de escape de formas cuadradas, además de un paragolpes modificado. Solamente el ensanchamiento de las aletas ha hecho que el Mercedes Clase S Coupe eleve su cota de anchura en 20 cm en la vía trasera y 12 cm en