A General Motors parece que las cuentas no le acaban de salir. Las ventas de algunos de sus modelos en su mercado natal no terminan de alcanzar el nivel que habían previsto y por culpa del sobre stocktaking que sufren se han visto forzados a ralentizar su ritmo de producción. Para ajustar esta producción hace un mes anunció que reduciría parte de su plantilla en algunas de las fábricas que tiene en Estados Unidos, sin embargo con esta medida parece que no se ha solucionado este problema.
Ahora el fabricante americano anuncia que también realizará recortes de personal en la planta que tiene en Detroit Hamtramck Assembly. Según fuentes internas de la compañía y los sindicatos de los trabajadores en marzo del próximo año se suprimirá uno de los dos turnos de trabajo en los que está repartido el trabajo en esta planta. Con esta supresión alrededor de unos 1.300 trabajadores de unos 2.000 temporales podrían perder su trabajo.
En esta planta del grupo americano se producen los Chevrolet Volt y Chevrolet Impala así como los Cadillac CT6 y Buick LaCrosse. Como podemos ver alguno de estos modelos no han tenido una elevada demanda y por tanto mantener el ritmo de producción lo que haría sería aumentar el stock disponible en los concesionarios haciendo que su precio de mercado cayera en picado y por tanto mermaría sobre manera la rentabilidad de sus ventas.
Como contraprestación por parte de General Motors a este ajuste laboral, los empleados que así lo deseen podrán ser recolocados en otras fábricas del grupo. Con esta medida lo que pretenden es ajustar su fuerza laboral en las plantas que tengan excedencia y recolocarlas en las que necesitan de más mano de obra para cubrir con la producción demandada. Por lo pronto tanto sindicatos como la dirección de la multinacional y la fábrica