El MINI actual es un modelo que recurrió a su estética inicial para relanzarse y convertirse en todo un éxito, una estrategia que también utilizó el Fiat 500. La imagen “retro” del icónico británico junto a la adopción de las nuevas tecnologías lo han hecho realmente atractivo desde que MINI pasara a manos de BMW Group. Su habitáculo y maletero no destacarán por su amplitud, pero su estética y dinámica lo hacen realmente atractivo.
Y ya que hemos mencionado su dinámica de conducción, este “coqueto” urbano dispone de varias versiones de prestaciones mejoradas que, si bien probablemente no sea uno de los coches más rápidos en circuito, transmiten unas elevadas dosis de deportividad, diversión y emoción. Las variantes más radicales responden al nombre de MINI John Cooper Works GP, y han sido lanzadas en las dos primeras generaciones desde que BMW estuviera en posesión de la marca británica.
Según cuentan nuestros compañeros de Autocar, han dialogado con Peter Schwarzenbauer, jefe de la compañía sobre la posibilidad de ver un nuevo MINI John Cooper Works GP en la generación actual del modelo. Schwarzenbauer se limitaba a responder que “el John Cooper Works GP es una parte importante para la marca. Ha funcionado bien para nosotros en el pasado y no veo por qué no lo volvería a hacer en el futuro”. Con estas declaraciones dejaba abierta la puerta al MINI JCW GP, y también a nuestra imaginación.
La primera versión del MINI John Cooper Works GP llegaba a nuestro mercado en julio de 2006. Derivado del Cooper S, esta variante GP extraía una potencia de 218 CV de su motor 1.6 de gasolina turboalimentado. También recibía mejoras en su chasis, frenos e interior, donde se prescindía de los asientos posteriores con el objetivo de ahorrar peso. En 2012 era presentada la segunda generación de