Hace apenas unas semanas Alfa Romeo anunciaba la producción y lanzamiento de su primer SUV. El precioso Alfa Romeo Stelvio llegará a los concesionarios a lo largo del año, con un diseño arrebatador y muchos lazos técnicoscon el Alfa Romeo Giulia, la última berlina de la marca. Estoy seguro que será comercializado, anunciado y comunicado con el apodo de “primer SUV de Alfa Romeo”, o “primer crossover de Alfa Romeo”. Lo que muchos ignoran es que no es el primer 4×4 de la marca, sino el sucesor de un oscuro y desconocido todoterreno militar.
Alfa Romeo practicó una labor de ingeniería inversa sobre un Land Rover británico, al carecer de experiencia en vehículos todoterreno.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la eficacia del “jeep” estadounidense – el ya mítico Willys MB – era incontestable. Multitud de gobiernos se aprovisionaron de aquella navaja suiza con ruedas, y otros, trataron de desarrollar vehículos comparables. Italia optó por la segunda vía. Apenas les quedaban unos pocos Willys americanos, y el Ministerio de Defensa lanzó un concurso público para producir un todoterreno ligero de reconocimiento. Pronto Alfa Romeo y Fiat – entonces independientes – acudieron al Ministerio con propuestas.
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La propuesta de Alfa Romeo fue denominada AR 51, siglas que significaban Autovettura da Ricognizione y el año de introducción del vehículo. Muchas de las especificaciones deseadas por el Gobierno italiano eran miméticas con el Willys MB, referencia absoluta en el momento. El equipo de diseño e ingeniería, liderado por Giuseppe Busso, pronto se puso manos a la obra. Para presentar el primer prototipo, tomaron como base un Land Rover Series 1 de origen británico, sobre el que montaron un nuevo propulsor de origen italiano, entre otros cambios.
Su puente trasero era intercambiable con el Land Rover, aunque en el caso del