Ayer se filtraba en vídeo y unas horas después ya vemos de forma oficial al Ford Mustang 2018. Uno de los muscle car por excelencia se somete a un lavado de cara para mantenerse al día antes de la llegada de la próxima generación. Como ya pudimos ver, esta actualización introduce algunos cambios en el exterior, pero también tendremos una mayor dotación tecnológica y novedades en la gama de motores.
Si empezamos por fuera, el nuevo Mustang muestra un aspecto algo más agresivo y dinámico. Los principales cambios están en el frontal, que presenta un capó que es dos centímetros más bajo y que tiene nuevas tomas de aire. Los faros delanteros ahora son más estrechos y estilizados, mientras que el paragolpes ha sido rediseñado y las tomas de aire tienen otra distribución. En la zaga hay menos modificaciones pero destacan los pilotos con tres barras verticales, ahora curvadas, y un nuevo alerón trasero.
Si continuamos por el interior podremos ver más tecnología de la que encontrábamos en su antecesor. El ejemplo principal es la instrumentación digital formada por una pantalla de 12 pulgadas detrás del volante. Este elemento opcional es totalmente personalizable en función del modo de conducción que se use (Normal, Sport o Track). El sistema multimedia será el SYNC 3 e incluirá ayudas a la conducción tales como el Pre-Collision Assist con detección de peatones, alerta de cambio involuntario de carril o control de crucero adaptativo.
Aunque sin duda una de sus novedades principales se encuentra bajo el capó. Allí ya no volveremos a ver el motor V6 atmosférico de 3.7 litros y quedarán dos opciones. Estará el motor 2.3 EcoBoost, el cuatro cilindros turboalimentado que promete mejores prestaciones. También el potente motor V8 de 5.0 litros que actualiza su inyección y relación de compresión para ofrecer mejor rendimiento. Aunque por el momento