Llega el fin de una era para Rolls-Royce, y el principio de otra. Acaba de ser entregado el último Rolls-Royce Phantom VII a un cliente británico. El actual Phantom se despide así, con la promesa de una nueva generación, que llegará al mercado en 2018 sobre una plataforma completamente nueva, que compartirá con el Cullinan, el primer todocamino de la exclusiva marca inglesa. El Phantom se despide con una unidad absolutamente majestuosa, representativa de la dedicación y atención al detalle de los artesanos de la marca.
Este Rolls-Royce Phantom se ha inspirado en los grandes y lujosos transatlánticos de preguerra, en viajes cargados de lujo y estilo.
Este precioso Rolls-Royce Phantom de batalla larga y carrocería de cuatro puertas ha sido encargado en el tono Blue Velvet, con un perfil lateral enmarcado por unas finas líneas en contraste, inspiradas de nuevo en el mundo náutico. Los neumáticos son white-walls, y el mítico “Espíritu del Éxtasis” es de plata maciza. A este absolutamente arreabatador exterior le acompaña un habitáculo que destila clase en estado puro. Sin duda alguna, la labor de marquetería destaca por encima de otras labores artesanales.
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Presente en las puertas y en el salpicadero, imita la forma de un transatlántico, surcando las olas del mar. Es una preciosidad, y un complemento perfecto al color Powder Blue en el que se ha teñido el cuero cosido a mano de los asientos. Los artesanos de la marca han tejido unas alfombrillas de lana con costuras que imitan las mareas del mar. En palabras de Rolls-Royce, una alegoría al Phantom, comparable a una marea, que abandona el mundo del automóvil dejando tras de sí una huella indeleble.
El Rolls-Royce Phantom ha sido la “última gran aventura automovilística”, en palabras de los de Goodwood.
Otro detalle exclusivo de esta