Conseguir un motor de gasolina con encendido por compresión, sin bujías de encendido, y con un proceso de combustión muy parecido al de un diésel, es algo así como la utopía que muchos fabricantes han perseguido desde hace tiempo. Estos días hemos hablado, largo y tendido, de la tecnología HCCI, Homogeneous Charge Compression Ignition, la misma que muchos apuntan empleará la próxima generación de motores SKYACTIV de Mazda. ¿Pero ha sido Mazda el único fabricante que lo ha intentado? Definitivamente no. Sin ir más lejos, hace exactamente diez años Mercedes-Benz nos presentaba DIESOTTO, uno de los desarrollos más prometedores de Mercedes-Benz que una década más tarde aún no hemos visto aplicado en un producto de calle, en un coche de producción. ¿Y en qué consistía el motor DIESOTTO de Mercedes-Benz? ¿Por qué jamás lo hemos visto en los concesionarios?
La complejidad creciente de los diésel, para reducir sus emisiones, hará que sea viable crear motores de gasolina más complejos, con soluciones técnicas realmente avanzadas y tecnologías enfocadas en la mejora de su eficiencia… salvo que el coche eléctrico despegue de verdad superando al resto de alternativas de combustión interna
La razón por la cual resulta tan interesante que un motor de gasolina trabaje con encendido por compresión está en la búsqueda de un proceso de combustión muy eficiente. Todo son ventajas. Si perfeccionamos el proceso de combustión conseguiremos una eficiencia extraordinaria para un motor de gasolina, más próxima a la alcanzada por un motor diésel. Si prescindimos del gasóleo, y lo conseguimos con un motor de gasolina, además conseguiremos una combustión más limpia y exenta de algunos de los productos más problemáticos de la combustión del diésel, como los dichosos NOx, que han generado tantos problemas de contaminación en muchas ciudades europeas, incluida Madrid.
Hablamos de tecnologías muy complejas, y costosas. Pero en