Desde que la noticia de la compra de Opel a General Motors se hiciera pública el Grupo PSA ha medido mucho las palabras de sus responsables. En todo momento han mantenido la postura de “negociación o conversación” sin embargo algo nos hacía intuir que el negocio estaba cerrado. El único inconveniente que existía para gritarlo a los cuatro vientos era los últimos flecos, los más escabrosos, sobre competencia y tecnología con General Motors.
Todos sabemos que General Motors prefiere matar a una marca (caso de Saab o Hummer) antes que ceder a sus rivales parte de su tecnología o darles algo de ventaja. El conglomerado americano no tiene escrúpulos y contra ellos han tenido que luchar los de PSA, pues Opel sin parte de la tecnología de General Motors no es nada y en el grupo francés necesitan de esta tecnología para que la compra de la firma alemana les sea rentable.
Además de ello, la compra de Opel por parte de PSA también tendría que ser aprobada por el consejo de dirección del grupo. Este órgano, tras las conversaciones que han mantenido para llegar al acuerdo, parece que no ha puesto muchos inconvenientes y por tanto habría dado luz verde al acuerdo final. Por tanto, de completarse, el nuevo Grupo PSA pasará a ser el segundo fabricante de coches en Europa, superando al italo americano Fiat Chrysler Automóbiles (FCA).
Una vez recorrido el camino de las negociaciones ambos grupos (General Motors y PSA) han convocado una comparecencia ante los principales medios del mundo mañana lunes a primera hora de la mañana. En ésta cita, se espera que los dirigentes de ambas multinacionales confirmen la operación y a la vez den más detalles sobre la venta de Opel. Con ella, quieren zanjar los rumores sobre qué pasará con ambas compañías y lo más