Ya hace varios meses que nos pusimos a los mandos del Subaru XV. Este modelo es un SUV que demuestra unas aptitudes mucho más enfocadas hacia el territorio offroad que la gran mayoría de sus competidores, los cuales se limitan a ofrecer prácticamente solo una imagen aventurera. Hoy ha sido desvelada una profunda renovación de este Subaru XV en el Salón de Ginebra.
Pese a que la estética invite a pensar que ha cambiado poco respecto a su predecesor, incorpora más novedades de las que aparenta una simple imagen. Para empezar, el nuevo modelo ha sido desarrollado sobre la nueva plataforma modular del fabricante japonés, uno de los grandes avances de los que presume la marca.
En el diseño exterior aparecen cambios notables, aunque algo continuistas, y más musculosos y camperos gracias a la mayor superficie de carrocería “protegida”. El frontal y el perfil delantero mantienen las líneas principales del modelo al que sustituye, apareciendo los cambios principales en la parte trasera de la carrocería. Allí nos encontramos con nuevos pilotos de luces y un rediseño general de la zaga.
Pero vamos a lo realmente importante. El Subaru XV ha ganado un par de centímetros en las cotas de longitud, anchura y altura; lo que debería mejorar su habitabilidad interior. La altura libre al suelo es de las mejores del segmento, si no la mejor, superando los 20 cm. Este dato es uno de los principales rasgos de identidad del modelo japonés, ya que le permite aventurarse al campo sin tener demasiadas preocupaciones por golpear los bajos de la carrocería.
El Subaru XV siempre ha presumido de un buen comportamiento lejos de la civilización, pero ahora se ha dispuesto a mejorar cuando circula por vías asfaltadas. Por ello ha introducido el conjunto de ayudas a la conducción Eyesight, que tanto nos gustó cuando probamos