Hace unos días tuvo lugar un accidente en el estado de Arizona, en Estados Unidos, en el que se veía implicado uno de los coches autónomos de Uber. Se trataba de un Volvo XC90 automatizado, circulando en modo de conducción autónoma durante el choque, que acababa volcado con sus dos ocupantes en el interior. Ambos ocupantes eran ingenieros de Uber que evaluaban el comportamiento tomando datos y mediciones de la conducción.
El caso es que, como horas más tarde se confirmó, el causante del accidente era el otro vehículo con el que chocó, ya que no cedió el paso al Volvo XC90 de Uber. La colisión tuvo como consecuencia el vuelco que vemos en las imágenes. A raíz de esto, volvió a ponerse en entredicho el delicado tema de la conducción autónoma y Uber decidió paralizar las pruebas de sus vehículos temporalmente hasta que se aclarara lo sucedido. Bien, pues ya vuelven a rodar sus coches autónomos.
Reuters ha afirmado que tras finalizar la investigación del accidente ocurrido el pasado viernes, Uber ha vuelto a poner en circulación sus vehículos autónomos acompañados de empleados de la empresa en las ciudades de Tempe, San Francisco y Pittsburgh. Una gran noticia, ya que esta empresa está trabajando duro y avanzando en esta materia que, a fin de cuentas y aunque a muchos no nos termine de convencer aquello de que un robot nos lleve y nos traiga, mejorará la seguridad vial.
En el momento en el que estos sistemas de conducción autónoma que tanto están explorando empresas como Uber o Tesla, además de muchas otras, obtengan una alta fiabilidad y sean puestos en el mercado a precios asequibles, la seguridad de conductores, pasajeros y peatones mejorará notablemente. Las dudas vienen cuando pensamos en la convivencia entre vehículos autónomos y otros conducidos por humanos manualmente, ya