Las leyes de un país son las que son siempre, o habitualmente, por una buena razón. Los impuestos, nos gusten o no, han de pagarse para contribuir a que los servicios públicos de un país funcionen. Dicho lo cual, intentar introducir en un país un Ferrari LaFerrari incumpliendo las normas de importación, e intentando no pagar ni un céntimo al fisco por lo que corresponda a su importación, es cutre, especialmente si puedes permitirte un superdeportivo con un precio de siete cifras. Pensar que el intento de introducir un Ferrari, del cuál solo se han construido 500 unidades para todo el mundo, pasará desapercibido, es estúpido. E intentarlo por segunda vez ya llega a ser, incluso, incomprensible. Y el resultado puede ser doloroso, muy doloroso. Este Ferrari LaFerrari podría acabar achatarrado por la irresponsabilidad de su dueño.
Su dueño pensó que su intento por introducir ilegalmente, y sin pagar aranceles e impuestos, un Ferrari LaFerrari, un deportivo del que solo existen 500 unidades en el mundo, pasaría desapercibido
Ha sucedido en Sudáfrica donde, tal y como cuentan en Jalopnik, existe una restricción para importar coches con el volante a la izquierda. Sudáfrica es uno de los países del mundo donde, como en Reino Unido, el volante de los coches está a la derecha y se conduce por el carril izquierdo.
Por si no fuera poco, el propietario de este Ferrari LaFerrari, según han declarado las autoridades del país, y publicaba el medio fin24, quería evitar el pago de aranceles, y el impuesto sobre valor añadido, necesario para introducir el coche en el país.
El deportivo estuvo decomisado durante tres años y, tras serle devuelto a condición de realizar el procedimiento de importación en otro país, su propietario intentó introducirlo ilegalmente, de nuevo
Tras permanecer durante casi tres años decomisado en uno de los