El A 45 AMG es la versión más potente y deportiva de la Clase A. Equipa un motor de 2.0 litros que entrega una potencia máxima de 381 CV, un sistema de tracción integral y un cambio automático de doble embrague con siete velocidades. Por deportividad, comportamiento dinámico y funcionamiento es un modelo que se posiciona en lo más alto de su categoría.
Su carrocería cuenta con un diseño muy deportivo, que destaca por ofrecer una parrilla de color gris titanio mate, un faldón delantero AMG con splitter frontal gris titanio mate, tomas laterales de aire con flics negros, embellecedores laterales con insertos color gris titanio mate, distintivo «TURBO AMG» sobre los guardabarros delanteros, faldón trasero AMG con salidas simuladas de aire en los laterales, un difusor posterior, un equipo de escape deportivo con dos embellecedores rectangulares cromados, faros bixenón, grupos ópticos traseros de diodos luminosos y un espectacular alerón posterior que pone con éxito la guinda al pastel.
En su interior, el ambiente también es muy deportivo. Llama la atención los asientos deportivos AMG, que son muy confortables y que sujetan el cuerpo a la perfección. Además, para ofrecer un contraste muy racing, el color rojo está muy presente en las costuras del tapizado de cuero del salpicadero, de los asientos y en los asientos de seguridad.
Tampoco hay que olvidar el volante, que tiene un tamaño muy acertado, un tapizado de piel que resulta suave y muy agradable, y unas levas, situadas en la parte posterior, que son muy accesibles y ofrecen un muy buen tacto. Por lo demás, la moldura del tablero de instrumentos de efecto fibra de carbono y armoniza a la perfección con los cinco difusores de ventilación en color negro y rojo.
El acabado del interior me ha parecido más cuidada que en otras versiones que he podido ver