Los grandes grupos del automóvil no dejan de pensar cómo pueden crecer para ser más competitivos y ahorrar dinero en el desarrollo de sus coches. Lo lógico es ver cómo unas marcas se comen a otras, pues si están en situación de superioridad han de aprovecharlo. El último ejemplo es el de la compra de Opel y Vauxhall por parte del grupo francés PSA. La firma del rayo dará al consorcio galo el volumen necesario para ahorrar dinero y les abrirá las puertas de otros mercados.
De vez en cuando se dan situaciones como la que vivimos cuando Audi se hizo con el control de Ducati. La firma italiana de motos no estaba pasando por su mejor momento y el Grupo Volkswagen AG autorizó a su firma premium para hacerse con este caramelo. Su coste fue de 860 millones de euros en el año 2012 sin embargo ahora que su situación financiera es mejor valdrá unos milloncejos más.
Como todos sabemos el Dieselgate está obligando a los responsables del Grupo Volkswagen AG a reestructurar sus planes industriales. Dentro de ello Ducati no representa nada, pues no son especialistas en motos. Sin embargo la adquisición de la firma no fue para centrarse o dedicarse a la fabricación y venta de motos, sino para utilizarla como una inversión a futuro. Comprar barato para vender caro, esta es la regla básica de la especulación en este y todos los mercados.
Por culpa del Dieselgate el consorcio alemán está pensando seriamente desprenderse de ella. La valoración que están realizando por la compañía está situada en los 1,5 mil millones de euros (casi el doble de lo que les costó) por lo que de venderse por este dinero la jugada les saldría más que redonda. Para contrastar esta valoración realizada por Volkswagen con la realidad, el Banco de