Si hay una marca “asequible” que lucha en una dirección muy distinta a la del resto de fabricantes de nuestro mercado, esa es Mazda. Mazda ha sido la única que no ha creído en el famoso downsizing; y no le ha ido nada mal. Pese a ello, esta no es la única característica especial de la marca, especialmente en los últimos años.
Aunque en el apartado de sus motorizaciones reme, en teoría, en contra dirección, la firma japonesa también apuesta por los vehículos SUV. El Mazda CX-5 es uno de los coches más importantes de la firma en España, pues aproximadamente el 40 % de sus coches aquí vendidos son CX-5. El Mazda CX-5 llegaba a nuestras calles en 2012. Hoy conocemos la recién llegada actualización que ya se encuentra en los concesionarios oficiales.
Un diseño exterior especial
Como no podría ser de otra manera, el nuevo Mazda CX-5 recurre al estilo de diseño Kodo que ya utilizaba su predecesor, pero tomando una actualización. Aunque el diseño exterior y los gustos son cosas muy personales, poca gente opina que el SUV medio japonés no sea un vehículo bonito. Cada detalle en sus 4,55 metros de largo, 1,84 de ancho y 1,68 metros de alto está cuidado al máximo. Ya que hemos citado sus dimensiones, debemos recordar que ahora es un centímetro más largo y 3,5 centímetros más bajo.
El frontal destaca por su “morro” prácticamente plano, la gran parrilla de color negro con el logo de la marca en grandes dimensiones, el contorno cromado inferior de la misma que muere en la parte baja de los faros y las potentes nervaduras del capó. Su mirada transmite confianza, seriedad y también deportividad, ayudando notablemente a ello las ópticas de LED.
La vista lateral también disfruta de fuertes nervios y líneas de tensión que aportan ese carácter