Hace ya tres años Toyota se propuso conseguir un récord al derrape más largo del mundo, y lo hizo en Turquía con su Toyota GT86, que consiguió unos impresionantes 144,126 kilómetros de lado con el alemán Harald Muller al volante. Ahora, la división sudafricana del fabricante nipón ha querido resaltar las bondades del renovado GT86 2017 y ha vuelto a batir su propia marca de 2014.
En esta ocasión ha sido el piloto Jesse Adams quien se ha puesto a los mandos de este pequeño deportivo, ideal para la tarea, con el objetivo de recorrer el máximo número de kilómetros haciendo deslizar el tren trasero. La hazaña se llevó a cabo el pasado 12 de junio y el resultado final supera en 24 kilómetros la cifra anterior: nada menos que 168,502 kilómetros de drift continuo.
El escenario del récord fueron las instalaciones de pruebas de Gerotek, al oeste de Pretoria, en Sudáfrica, y en concreto una pista circular deslizante y parcialmente mojada. La premisa principal era que las ruedas del eje trasero no podían dejar de patinar durante todo el intento. Aunque parezca mentira, el reto supuso meses de preparación, investigación y previsión logística.
El vehículo, un Toyota GT86 estrictamente de serie, no recibió ningún tipo de modificación mecánica, aunque sí fue instalado un depósito de combustible adicional en el hueco de la rueda de repuesto, diseñado por Toyota Motorsport Sudáfrica, para conseguir una mayor autonomía del vehículo. De hecho, Adams volvió a casa ese día conduciendo el coche tras su logro.
El intento comenzó a las 9:07 de la mañana y se prolongó durante 5 horas y 46 minutos, hasta completar 1.000 vueltas a la pista, aunque el récord previo se batió ya en la vuelta número 800. Según Toyota, la pista de 177 metros requirió una media de 21,8 segundos por vuelta