Parece que el destino quiere acabar con los motores de combustión interna más pronto que tarde. Llevamos toda la vida con ellos y aún no nos hacemos a la idea de comenzar a emplear otros sistemas alternativos para movernos. Sin embargo no hay que olvidar que los coches eléctricos llegaron al mundo a la par que los de combustión, sólo que, siguiendo a Darwin, fueron los movidos por gasolina los que impusieron su supremacía.
Sin embargo, siempre existen compañías que lejos de rendirse ante la evidencia prefieren luchar contra corriente para defender sus principios. Mazda es una de esas empresas que sigue apostando por los motores de combustión interna. La razón de su apuesta se basa en la investigación, innovación y desarrollo. A la prueba tenemos sus nuevos bloques gasolina y diésel SkyActiv que han representado una revolución en el sector.
El principal problema que existe a la hora de evolucionar los actuales motores de combustión interna está en el aumento de tecnología que supone. Las marcas deben asegurar que sus vehículos emiten menos CO2, NOx y otros gases nocivos para la salud humana y como es lógico el coste de la investigación no lo asumirán ellas. Por ello, el sector está virando hacia otras tendencias como la hibridación o electrificación.
Según Kenichiro Saruwatari, director general adjunto de Mazda para la división de productos, aún existe mucha vida mucho más allá de los actuales bloques de combustión interna. Según declaraciones que ha realizado para varios medios el directivo nipón ha confirmado que
“en Mazda tendremos el motor de combustión interna incluso más allá de 2050, seguiremos utilizando el motor de combustión. Depende de la dirección que tomen las políticas anticontaminación, por supuesto, pero vemos una larga vida para motores de combustión”.
Los ingenieros de Mazda están trabajando para implementar en sus motores la tecnología HCCI o