Esta semana viajábamos hasta Italia para conocer un producto realmente peculiar, cuya gama se ha renovado y reposicionado para seguir estando en la cresta de la ola. Estaréis conmigo en que el Fiat 500 es la gallina de los huevos de oro de Fiat. De qué otra forma podría entenderse que un producto que lleva una década en los concesionarios, y que definitivamente ha superado con creces la esperanza de vida de un automóvil, siga triunfando y siendo una de las referencias de su categoría. Pero eso no es todo. La importancia del Fiat 500 es aún mayor si tenemos en cuenta que prácticamente es una marca en sí misma, de la cual han surgido en los últimos años productos como el Fiat 500X, un crossover, y el Fiat 500L, un práctico monovolumen. Precisamente es este último, el Fiat 500L, el que nos ha llevado hasta Italia. Un producto muy versátil que además se ofrece con dos carrocerías adicionales, la del Fiat 500L Wagon, de batalla larga y hasta 7 plazas, y el Fiat 500L Cross, una versión de tipo crossover que, como veremos a continuación, mantiene las distancias con el Fiat 500X.
¿Por qué el Fiat 500L sigue siendo un producto interesante?
Con el éxito de los crossover, es evidente que un monovolumen pequeño necesita algo más que habitabilidad y espacio para conquistar al cliente. En cuanto a espacio, pocos turismos pueden presumir de ofrecer un habitáculo tan espacioso, y un maletero tan amplio y práctico, en unas dimensiones tan contenidas. Pero, insistimos, su estética probablemente sea uno de los aspectos que más atraiga al cliente, y que evite que este recale en un monovolumen de otra marca, o en un pequeño todocamino, incluido el Fiat 500X.
El Fiat 500L se renueva, y nos quiere convencer con tres sabores diferentes: Wagon,