Cada vez son menos los fabricantes que, irreductibles, siguen resistiendo sin ser absorbidos por un gran grupo automovilístico. La clave de la rentabilidad, de los grandes márgenes de beneficio, de las plataformas compartidas, y por lo tanto el éxito de las marcas de automóviles, pasa por aglutinarse en inmensos grupos con una producción anual en el orden de los 10 millones de unidades. La palabra mágica se llama sinergia. Y gracias a la incorporación de Mitsubishi y al grupo Renault–Nissan, Carlos Ghosn ya está asegurando que en 2017 su grupo automovilístico será el que más coches venda en todo el mundo, superando a los grupos formados por Volkswagen y Toyota. ¿Será suficiente con la incorporación de Mitsubishi para que la alianza entre Renault y Nissan se convierta en la más importante, por volumen, del mundo?
Si bien es cierto el escalón más alto del podio de los grupos automovilísticos, con mayores ventas en todo el mundo, no es el principal objetivo de Carlos Ghosn y las marcas que lidera, es evidente que estaríamos ante un hito sumamente importante. El gran objetivo de Renault y Nissan, y una de las razones por las que Ghosn aprovechó la oportunidad que le brindaba que Mitsubishi se encontrase en una situación muy delicada, es conseguir la máxima rentabilidad posible de todas las marcas de la alianza.
Mitsubishi ya forma parte de la alianza Nissan-Renault y conforma un grupo del tamaño de Toyota y Volkswagen
La industria sigue en su proceso, irremediable por otra parte, de concentrarse en inmensos grupos …
Y eso no solo significa compartir plataformas y tecnologías en sus productos, sino también reforzar su presencia en mercados muy importantes, como Asia, el feudo de Mitsubishi. Fijaos que únicamente con este movimiento, el de la incorporación de Mitsubishi, la alianza Renault-Nissan esperaba obtener un beneficio real en