El Toyota GT86 fue actualizado a finales del pasado año. Nuevas ópticas, sutiles cambios en el interior y una leve reconfiguración de su chasis y de la entrega de energía. Muy ligeros los cambios del deportivo nipón. El caso es que este coche, en su versión predecesora, hace tres años se propuso batir un récord al derrape más largo del mundo. Lo consiguió con una distancia recorrida de 144 kilómetros.
El caso es que la marca ha querido mejorar su propio rcord de 2014 con la actual versión del deportivo japonés. Y sí, lo ha conseguido. El Toyota GT86, con el piloto Jesse Adams, fue capaz de rodar nada menos que 168,5 kilómetros de costado. La prueba se realizó sobre una pista de forma circular, deslizante y mojada para la ocasión. En total, casi 1.000 vueltas a los 177 metros del trazado y casi seis horas derrapando en esta pista.
Para el récord, el piloto puede realizar todo tipo de correcciones con el volante, gas y freno. El único punto clave es que las ruedas traseras no dejen de patinar en ningún instante. De ocurrir, la prueba finalizaría. Para comprobar y asegurar los datos, el Toyota GT86 utilizaba dos sistemas GPS de medición que registraban los datos del vehículo necesarios.
Al parecer, el vehículo era totalmente de serie a excepción de un depósito de combustible extra que permitiera al deportivo obtener una autonomía suficiente como para estar casi 6 horas dando vueltas con el eje trasero “descolgado”.
Si algo nos ha dejado claro este nuevo record es que Jesse Adams tiene un estómago de hierro y un fino control sobre el gas y el volante. Respecto al GT86, poco nos sorprende, pues ya sabíamos que era un coche “sencillo” de controlar para la práctica del drift, aunque resulta difícil de creer que un derrape