La conducción autónoma ha planteado un sinfín de interrogantes a los grandes grupos del automóvil y sobre todo a los gobernantes de los países. La tecnología que llevarán los coches del futuro –presente- avanza más rápido que la sociedad y por ello existen problemas que solucionar. Uno de ellos tiene que ver con las licencias para que estos coches puedan realizar las pruebas de validación necesarias para testar su tecnología.
Estados Unidos fue el primer país del mundo en permitir estas pruebas en vías abiertas al tráfico. Sin embargo, al ser un estado federal no todos los países van al mismo ritmo ni entienden este tipo de conducción de igual forma. Sin embargo poco a poco se han dado cuenta de que cuentan con las empresas más importantes y las mejores condiciones para llevar a cabo estas pruebas.
Para permitir que las marcas se acerquen aún más a Estados Unidos para probar en sus carreteras sus coches autónomos se está trabajando en una nueva ley. Al parecer los republicanos habrían impulsado un nuevo borrador de unas 45 páginas en el que se recogen 14 nuevos proyectos para regular de una vez por todas la conducción autónoma para todo el país.
Este borrador además de estandarizar la prueba de coches autónomos en Estados Unidos también permitiría incrementar el número de licencias para pruebas. De esta forma, el Departamento de Transportes del país tendría que dar permiso a unos 100 mil vehículos nuevos. Pero además, está por determinarse si para estos nuevos vehículos sería necesario contar con el volante, los pedales y el control de un ser humano cuando se llevan a cabo las pruebas.
De aprobarse esta nueva legislación, las marcas que más están apostando por la conducción autónoma tendrán mucho ganado. Ahora mismo, Tesla Motors es la que mayor ventaja lleva en el mercado,