Con la situación patasarriba en pleno verano, época de máxima demanda, la DGT acaba de comunicar su medida para finalizar de una vez por todas el conflicto con la Asociación de Examinadores de Tráfico (Asextra). Aprobado en el Consejo de Ministros, la DGT abre una convocatoria extraordinaria de empleo público con la que finiquitar la sequía de examinadores y, además, mejorar sus condiciones.
El desacuerdo tanto por la falta de personal efectivo como por la cuantía de sus salarios y pluses de peligrosidad habían devenido durante los últimos meses en una dura huelga de examinadores. La última medida de Asextra fue no trabajar lunes, martes ni miércoles, reduciendo las jornadas de exámenes con normalidad a sólo jueves y viernes hasta el 31 de julio.
Mejoras sin especificar y unas pocas plazas más
Como consecuencia, esta medida tuvo una especial repercusión sobre los examinados, que vieron aumentadas casi indefinidamente sus convocatorias y a los empresarios y trabajadores de las autoescuelas. Con una clara falta de entendimiento entre la DGT y Asextra, la agrupación de examinadores se estaba planteando una huelga indefinida a partir del mes de septiembre que dejaría en poca cosa las 7.000 pruebas suspendidas con la huelga del 2 de junio.
Ante una amenaza de tal magnitud, a la DGT no le ha quedado otra opción que dar su brazo a torcer y convocar nuevas plazas con las que aumentar la cartera de examinadores, después de haberse planteado incluso recurrir a personal militar para cubrir las vacantes de los participantes en la huelga.
En total se aprobarán hasta un máximo de 500 nuevas plazas hasta final de año, pero tiene truco porque 435 de ellas son de promoción interna (413 generales y 22 de discapacitados). Según palabras de la propia DGT, «este proceso permitirá promocionarse al 60% de los examinadores actuales y que