Las cosas como son, el Dieselgate del Grupo Volkswagen sólo ha llegado para mostrar que el conglomerado alemán nunca ha sabido hacer las cosas bien en el mercado americano. Desde mucho antes que esto sucediera se constató la lentitud con la que han trabajado durante años. La razón es simple, su gama de modelos nunca ha sido del gusto de los clientes locales y eso les ha costado muchas ventas, pues nunca han sido capaces de adelantarse a los gustos y necesidades de la población.
Los americanos no están acostumbrados a los coches que se venden en Europa (y al revés pasa exactamente lo mismo) y por ello nunca han apreciado sus cualidades. Cierto es que los modelos que Volkswagen ha vendido (y vende) en Estados Unidos superan la calidad media, tecnología y seguridad de muchos de los que allí se venden, pero aún así no han sido lo suficientemente valorados. Además tenemos otro reto a batir, y no es otro que la inadecuada gama de todo terrenos y SUV´s que tiene la firma alemana en el catálogo americano.
Para cubrir este importante hueco han estado vendiendo (con regular ritmo) su Touareg y el anterior Tiguan. Sin embargo, con la llegada del SUV grande Atlas y la última generación del Tiguan y su versión de siete plazas, AllSpace las cosas han cambiado. Según han difundido varios medios la vida comercial del SUV grande de Volkswagen está a punto de terminar en los Estados Unidos. El espacio de este modelo quedará cubierto por estos dos modelos, pues se complementarán a nivel comercial por tamaño y gama.
Hay que tener en cuenta que el Tiguan AllSpace es más grande que el Touareg por lo que no es descabellado este movimiento. Además, el Atlas ha sido desarrollado con los gustos de los clientes americanos en la