A finales del pasado siglo solo nos eran necesarias tres siglas para saber que estábamos hablando de los coches más dinámicos de Opel: GSi. ¿Quién no recuerda aquellos Corsa, Astra o Kadett GSi de los 80 y 90? Incluso hoy en día no es complicado cruzarse con alguno de ellos, pues es una “saga” de modelos que aún mantiene un buen número de fans.
El caso es que la marca alemana ha querido revivir estas siglas con una de sus más recientes incorporaciones a la gama, el Insignia. De este modo, la versión que os detallamos a continuación se denomina Opel Insignia GSi. Sin llegar a la radicalidad de un OPC, el Insignia GSi ya ofrece unas buenas dosis de deportividad con nada menos que 260 CV y mantiene la compostura en su elegancia.
Como ya os contamos durante su presentación hace un par de meses, el Opel Insignia es una de las berlinas medias que mejor ha funcionado en su primera generación y, según las previsiones, con esta segunda volverán a triunfar. La variante GSi probablemente no será de las más vendidas, pero lo cierto es que ofrece una estética más deportiva y unas notables mejores prestaciones dinámicas.
Estética del Opel Insignia GSi
La imagen exterior no difiere demasiado de las versiones más normales. Mantiene las mismas líneas, cambiando únicamente ligeras formas de los paragolpes y añadiendo detalles cromados así como nuevas entradas de aire. En el costado tenemos nuevas llantas de 20 pulgadas calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S y unas taloneras más marcadas; mientras que en la zaga destacará un alerón ubicado sobre el perfil del portón del maletero. En la parte baja las salidas de escape vienen cromadas y colocadas en un difusor de color negro.
En el habitáculo también hay detalles que nos intentan transmitir esa mayor sensación