Desde Alemania siguen llegándonos nuevas noticias, y movimientos realmente importantes, acerca de los diésel y de las acusaciones que desde que se destapó el caso Volkswagen en Estados Unidos han demonizado al gasóleo. Tras las últimas acusaciones, que se vertían desde la Unión Europea que investigan si los fabricantes alemanes formaron un cartel para ajustar los costes de sus soluciones anticontaminación, ahora es BMW quien rechaza estas acusaciones y anuncia que habrá llamada a revisión voluntaria de sus diésel, al menos de los Euro V, como ya hicieran previamente Mercedes-Benz y el Grupo Volkswagen. ¿Por qué ahora? ¿En qué consistirá esa llamada a revisión de BMW?
Ante todas las acusaciones que están demonizando al diésel, las autoridades alemanas, y los principales fabricantes del país, han planificado una revisión que mediante diferentes soluciones técnicas – que pasarán previsiblemente por una actualización de los parámetros del motor en la centralita – minimizarán en cierta medida las emisiones de los diésel antiguos.
Aunque desde los fabricantes se insiste en la voluntariedad de esta llamada a revisión, en la buena voluntad de la marca, y en que solo los clientes que así lo deseen podrán efectuar la revisión de su coche de forma gratuita, es evidente que estamos ante una medida que busca favorecer los intereses de la marca, primero, lavando la imagen de los motores en los que tanto se ha invertido durante los últimos años y, segundo, pidiendo un respiro a las autoridades.
En su último comunicado, BMW desmentía que hayan participado en cualquier cartel, en cualquier asociación con otros fabricantes que quebrará las leyes de la libertad del mercado, y su competitividad, con el fin de reducir el coste de sus soluciones anticontaminación. Es más, BMW se defiende asegurando que emplean sistemas con tecnologías propias y estrategias que difieren de las de sus rivales.