Hace apenas unos días, me desplacé a la localidad asturiana de Llanes, con el propósito de probar el nuevo Volvo XC60. Es nuestra primera toma de contacto con la segunda generación del todocamino premium de Volvo. Para la marca sueca es su producto más importante: se han vendido un millón de unidades de su primera generación, supone el 30% de sus ventas globales y es el SUV más vendido en su segmento, donde pugna con rivales tan establecidos como el Audi Q5 o el Mercedes GLC. Su segunda generación debe revalidar el éxito de su predecesor, y es lo que hemos venido a comprobar al Paraíso Natural.
Conociendo en Asturias al nuevo Volvo XC60
La marca me cita en el aeropuerto de Asturias, y pronto elijo una montura para la ruta. Es un Volvo XC60 con motor T6: un cuatro cilindros de 2,0 litros, sobrealimentado tanto por compresor como por turbo, capaz de desarrollar 320 CV de potencia. Al igual que el resto de la gama, sólo se puede asociar a un cambio automático de convertidor de par y ocho relaciones, un fantástico ZF de funcionamiento rápido y muy fluido. Pero antes de ponernos en marcha, y contaros mis impresiones, quiero hablaros un poco más del diseño del coche, y del camino que ha llevado a Volvo a rediseñar el Volvo XC60 en profundidad.
El Volvo XC60 comparte plataforma SPA con la serie 90 de Volvo. Una plataforma modular preparada para la electrificación completa.
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Todo comenzó con la compra de Volvo por parte del fabricante chino Geely. Invirtieron miles de millones en la marca sueca, que pudo saldar sus deudas y comenzar el desarrollo tanto de una nueva familia de motores – tanto diésel como gasolina, llamados Drive E – como de una plataforma modular. La