Parece increíble pero Takata sigue haciendo mucho daño a pesar de las constantes llamadas a revisión de los vehículos que montan sus airbags defectuosos. El pasado 12 de julio Honda confirmaba la muerte en 2016 de un hombre que desmontaba un Honda Accord. El airbag explotó.
Y hace tan solo unos días, en el periódico local The Sidney Morning Herald se ha confirmado la muerte de otro hombre que conducía su Honda CRV, llamado a revisión. El dispositivo de seguridad que falló había sido fabricado por Takata, declarada en bancarrota.
Ya van 19 víctimas, 12 en Estados Unidos
Según informa la cabecera australiana, el hombre, de 58 años, conducía un Honda CVR cuando chocó contra otro vehículo en una carretera en Sidney. Tras su muerte, una investigación policial descubrió que murió casi en el acto tras ser golpeado en el cuello por un pequeño fragmento que había sido proyectado por el airbag.
El coche, de 2007, había sido llamado a revisión, pero por el momento se desconoce si el dispositivo había sido sustituido o no. Además, el vehículo en el que perdió la vida un mecánico que manipulaba uno de estos dispositivos, era también un Honda, en este caso un Accord de 2001.
La deuda de Takata supera los 8.000 millones de euros. Ha supuesto la mayor bancarrota jamás vivida en Japón.
Las autoridades australianas han comunicado que investigarán la gestión del fabricante japonés, y la Australian Competition & Consumer Commission (ACCC), un organismo independiente encargado de velar por los consumidores de Australia, investigará si la víctima había sido debidamente informada de la llamada a revisión.
El problema de Takata afecta a una de las piezas que forman parte del activador del airbag. Cuando el vehículo choca, la pieza defectuosa del activador del airbag se rompe de una forma no prevista por sus diseñadores, fragmentándose