La firma de Wolfsburgo ha desvelado ya su nuevo SUV compacto, el Volkswagen T-Roc. El T-ROC marca el inicio de la renovación por completo de todas las gamas Volkswagen de aquí a 2020, pero sobre todo permite completar la oferta del Volkswagen Tiguan en las franjas del segmento que éste ha dejado libre al crecer con la nueva generación.
Derivado del Audi Q2, el Volkswagen T-ROC tiene por vocación ser uno de los modelos más vendidos del fabricante alemán, luchando en el lucrativo segmento de los B-SUV.
El T-ROC llega en un segmento abarrotado
La vocación del Volkswagen T-ROC no es la de abrir nuevos mercados sino entrar en un segmento del mercado del que Volkswagen estaba inexplicablemente ausente, el de los** B-SUV**. El T-Roc llega seis años después del Nissan Juke -el inventor del mercado- y cuatro años después del Renault Captur, por citar dos de los más vendidos del segmento.
Con el crecimiento de la actual generación del Volkswagen Tiguan (4,49 m) y un posicionamiento más alto, la marca alemana no tenía nada que ofrecer frente al Nissan Juke. Con el T-ROC, Volkswagen ataca el mercado por la parte superior: mide 4,23 m de largo (para ser exactos, mide 4.234 mm -252 mm menos que el Tiguan- con una batalla de 2.603 mm) y no tendrá motorizaciones inferiores a 115 CV.
Sin embargo, la mayoría de los B-SUV están en los 4,16 m de largo con motores de 90 CV de media, sólo el Maxda CX-3 de 4,27 m está en su franja. Es más, el T-ROC se acerca peligrosamente al SEAT Ateca, tanto en motorizaciones como dimensiones (4,36 m de largo para el Ateca). Y es que para 2019, llegará el T-Cross. Más corto (4,16 m) que el T-ROC estará únicamente disponible en tracción delantera y será el rival de