La leyenda que rodea al Circuito de Spa-Francorchamps ha estado siempre mezclada entre la realidad y las historias que han hecho de este trazado uno de los más importantes del calendario de Fórmula 1. Curvas históricas como Eau Rouge -que recibe su nombre porque transcurre sobre un río de color rojizo -y su dificultad de pasar por la misma con el pedal a fondo han sido parte importante de la historia de la Fórmula 1.
En 2018 no solo hemos visto a los pilotos pasar por esta sección -que se enlaza con el tramo conocido como Radillon- a fondo, sino que incluso hemos visto a pilotos adelantar sin siquiera despeinarse. Ayrton Senna dijo un día: «El día que pase Eau Rouge con el pedal a fondo habrá dejado de apasionarme la Fórmula 1». ¡Qué pensaría Magic después del GP de Bélgica de 2018! Repasamos cómo era el paso por curva cuando sí que era un reto.
Todas la grandes leyendas del automovilismo mundial han dedicado unas palabras a la que es una de las curvas fetiche del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. Ya en los años noventa los pilotos especulaban cómo sería poder pasar Eau Rouge a fondo -sin termina en accidente, evidentemente-.
De hecho, dice el mito que el agua del río es roja por la sangre de los Campeones que allí apuraron demasiado los límites de la pista y terminaron fuera. La realidad es que tiene ese tonalidad por la cantidad de hierro que hay en la zona y cuyo óxido tiñe el agua de ese color. Pero como muchas cosas en la vida, la ficción es siempre más emocionante.
Este año, Lewis Hamilton firmó la vuelta más rápida del circuito en un 1:42.553 -varios pilotos llevaban desde los entrenamientos libres superándolo-. Algo que hubiese sido impensable en el