Antes de que el Alpine A110 se hiciese público, ya se hablaba de un SUV como segundo modelo de Alpine. Los SUV son un tipo de vehículos actualmente en pleno auge. Del SEAT Arona al Rolls-Royce Cullinan (y puede que incluso Ferrari si debemos creer ciertos rumores), casi todas las marcas tienen un SUV (o más) en sus filas o preparan uno. Alpine no puede dejar de lado un mercado con tanto potencial (una vez que haya superado los retos que le esperan para que sea percibida como marca premium).
Alpine y SUV en la misma frase puede ser algo contradictorio, pero en realidad no es nada nuevo. En 1979, Renault busca innovación y Alpine desarrolla un coche lúdico, familiar y aventurero: es el proyecto VVA por “Véhicule Vert Alpine”.
El éxito de los SUV ya se veía venir
En los años 70, el todoterreno sigue siendo un vehículo robusto y con un propósito, una función muy definida, aunque el Range Rover y el Matra Rancho proponen ya una visión diferente de lo que puede ser un vehículo de este tipo: el lujo para el Range Rover (1970) y las escapadas en familia desde 1977 para el segundo (aunque éste sea un tracción delantera). Por otra parte, en 1979 Renault se hace con el control de Jeep vía AMC. El éxito de Jeep en Estados Unidos y Canadá y del Matra Rancho en Europa incitan a Renault a desarrollar un modelo adaptado para poder evadirse del asfalto y de la cotidianidad.
El pliego de condiciones impuesto por Renault en 1979 exigía que tuviese una verdadera capacidad off-road, tracción integral, que fuese ligero y asequible, ya que el mundo estaba inmerso en la segunda crisis del petróleo. Ese mismo año la marca crea el BEREX (Bureau dÈtudes et de Recherches Exploratoire) de la fusión